Historia de Mas Gusó

Origen de la masía

La masía Mas Gusó fue construida en 1564, entonces conocida como Mas Perandreu. A finales del siglo XVII Antigua Perandreu - una descendiente de la familia - se casó con el mercader gerundense Miquel Massana. En la primera mitad del siglo XVIII, esta familia se entronca con la de Fages de Climent de Figueres, familia del reconocido escritor ampurdanés. Desde entonces, la masía se empezó a llamar Can Fages. A lo largo de todo el siglo XIX formó parte del patrimonio de esta familia figuerenca, hasta que fue adquirida por Rossend Janer, tío de Rosendo Gusó.

Tradición agrícola

La familia Gusó se dedicó exclusivamente a la agricultura, utilizando las tierras que rodean la finca para cultivar frutales. La tradición agrícola de los Gusó experimentó una transformación cuando a principios de los 80 Rossendo Gusó inició la venta de fruta al por menor, directamente del campo al consumidor.

Nuevos proyectos

A principios de los 90, gracias a la creciente demanda por parte de los visitantes que disfrutaban de la temporada de verano en Sant Pere Pescador, y dada su exclusiva y privilegiada situación, Mas Gusó vivió una segunda evolución: la apertura de una sencilla Terraza-Bar, liderada por los hijos de la familia, Joan y Miryam Gusó.

Restauración

El foco de atracción de la masía pasó a ser la propuesta gastronómica, hasta que en el año 2000 la familia apostó por inaugurar un restaurante, entonces llamado "Las buganvillas".

Desde entonces, año tras año, Mas Gusó ha experimentado ampliaciones, reformas y adaptaciones para adecuar los diferentes espacios a las necesidades de sus visitantes.

Mas Gusó hoy

Actualmente Mas Gusó ofrece una experiencia única, por el entorno donde se encuentra y por la variedad de posibilidades que ofrece: un Restaurante contemporáneo, con un trato cercano y cálido; un espacio dedicado a la extensa y especializada Vinoteca. El Market, donde se pueden adquirir productos autóctonos de la comarca. Y los jardines y árboles frutales que nos rodean, los que nos recuerdan de dónde venimos y nos mantienen arraigados a nuestros orígenes.